La sandía
Nuestra querida sandía se podría decir que es bastante dura pero siempre lleva una dulce sonrisa.
Es nuestra segunda fruta con más agua después de la fresa y todo el mundo la conoce y la adora, sobre todo en los meses de verano, cuando el sol es más fuerte.
Refresca desde niños hasta ancianos y a pesar de nacer alrededor del río Nilo llegó a la península en la Edad Media, haciéndose parte de nuestra tradición. Tan nuestra es, que tan solo el 20 % de la producción total de sandías en España se dedica a la exportación, el resto se destina a consumo interior. Muy demandada sobre todo en los meses de verano, desde mayo hasta septiembre.
Y todo ello teniendo en cuenta que España es líder en producción de sandía en la Unión Europea, con 738,035 toneladas (FAOSTAT, 1994-2014, último año disponible).
Además, es una fruta que necesita unas temperaturas cálidas y estables, sin diferencias de temperatura grandes entre el día y la noche, si no pueden llegar a abrirse los cuellos y los tallos y el polen no ser viable.
Por ello su producción es tan abundante en la cuenca del Segura, por nuestro gran clima, pero con un 91’2% de agua necesita gran cantidad de agua para subsistir. Depende del trasvase. ¡¡Necesitamos agua ya!!